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PREGUNTAS FRECUENTES

Sigue con algunas dudas sobre nuestros productos, vea aquí la lista de Preguntas Frecuentes (FAQ-Frequently Asked Questions):

Con el estilo de vida actual, los frutos secos son una merienda y / ó snack conveniente, sabroso y fácil de transportar que contribuye positivamente a un estilo de vida saludable (Brufau et al., 2006). 

Las grasas saludables en los frutos secos contribuyen para efectos benéficos observados en estudios epidemiológicos (prevención de enfermedad cardíaca coronaria, diabetes y muerte súbita) y estudios de intervención a corto plazo (reducción del colesterol) (Ros, 2007).

Además de su sabor, los frutos secos son libres de colesterol y ricos en nutrientes importantes, incluyendo proteínas vegetales, fibras y ácidos grasos insaturados. Contienen también micronutrientes relevantes, como el ácido fólico, la niacina y las vitaminas E y B6, y minerales como el magnesio, cobre, zinc, selenio, fósforo y potasio. Los expertos recomiendan comer una variedad de alimentos todos los días para obtener los nutrientes que necesita. El número recomendado de porciones de este grupo es de 2 a 3 por día (Brufau et al., 2006).

Las evidencias sugieren que, independientemente del tipo de fruto seco, su ingestión tiene un efecto neutro o moderadamente beneficioso sobre el estado oxidativo del organismo (Ros, 2007).

Efectos del consumo de frutos secos 

Efectos sobre el apetito

La ingesta de frutos secos suprime el hambre y el deseo de comer y promueve la sensación de saciedad (Tan, Dhillon, & Mattes, 2014).

Efectos sobre el metabolismo

Debido a la composición peculiar de sus componentes lipídicos y no lipídicos, los frutos secos pueden tener un efecto benéfico sobre la actividad vascular. Hay evidencias crecientes de que la ingesta habitual de frutos secos influye favorablemente en el riesgo cardiovascular, además de la reducción del colesterol (Ros, 2007).

En varios ensayos se observó una reducción en los índices de riesgo de enfermedad cardiovascular en los grupos consumidores de frutos secos (Tan et al., 2014). 

Existen evidencias en estudios que demuestran que el consumo frecuente de frutos secos está asociado a la reducción de los factores cardiovasculares de riesgo, incluyendo dislipidemia, diabetes de tipo 2 y síndrome metabólico, así como a un menor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. El aumento de la ingestión de una variedad de frutos secos, como parte de una dieta sana, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la población general (INC, 2018).

Un estudio publicado recientemente en el Journal of Nutrition llega a la conclusión de que comer frutos secos es una manera de mejorar la flora intestinal (INC, 2016b).

Los frutos secos también son una buena fuente de nutrientes, que se consideran beneficiosos para la salud de los huesos, en particular el calcio, el magnesio, la vitamina K y el boro. Se estima que el boro tiene un papel en la prevención de la osteoporosis (INC, 2016b).

Hay evidencias científicas de que la ingesta de 2 o 3 porciones (57-84 g) de frutos secos a la semana puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, tales como la mama, el colon y el páncreas. Se debe a su contenido de vitamina E, ácido fólico, magnesio, arginina, fitoesteroles y compuestos fitoquímicos (INC, 2016a).

En el simposio del Consejo Internacional de frutos secos, el Dr. Fran Grodstein presentó su estudio, explicando que existe una relación entre el aumento del consumo de frutos secos y la mejora de la función cognitiva en hombres mayores, en particular en la velocidad de procesamiento, la memoria, la atención y el aprendizaje (INC, 2015).

Efectos sobre el peso corporal

Los estudios epidemiológicos indican que la incorporación de frutos secos en las dietas, no compromete el objetivo definido, y puede ayudar en el mantenimiento del peso. Los datos actuales indican que la inclusión de frutos secos en el mantenimiento de peso no lleva a la ganancia de peso y puede ayudar en la pérdida de este (Tan et al., 2014).

El cacahuete, a diferencia de los otros frutos secos (que crecen en árboles o arbustos), es producido por una planta herbácea, rastrera y crece enterrado en el suelo (Ljezur, 2008). Originaria de América del Sur y sus primeros registros arqueológicos de cultivo datan del período entre 3800 y 2900 años a.C.(Veras et al., 2016).

Los primeros exploradores portugueses y españoles encontraron a los indios cultivando cacahuetes en varias islas de las Indias Occidentales, en México, en las costas del noreste y este de Brasil. De estas regiones, el cacahuete se extendió hacia Europa, hacia las costas de África, Asia e Islas del Pacífico (Hammons & Herman, 2016).

Esta cultura leguminosa es la cuarta más grande a nivel mundial (Agronomía, Florestal, & Florestal, 2017).

De la familia del guisante y del frijol, la vaina del cacahuete contiene de dos a cinco semillas ricas en proteínas, hidratos de carbono, fibras, vitaminas (Vitamina E, vitamina A) y minerales (potasio, magnesio y fósforo) (Veras et al. , 2016).

Se trata de uno de los productos alimenticios más nutritivos y, al mismo tiempo, de fácil digestión. Estas propiedades hicieron que esta planta pudiera ser utilizada por el hombre prehistórico, que aún no conocía la cerámica ni dominaba el fuego (Inácio, Rodrigues, & Quast, 2003).

Curiosidades curiosas ...

  • El cacahuete se colocó en potes en tumbas incas para que el muerto se alimentara durante el paso a otra vida, según creencias (Veras et al., 2016).

  • En las ruinas de una antigua pirámide de Sipán, el arqueólogo Walter Alva encontró la tumba de un importante sacerdote, que se remonta del siglo III, con su rica y abundante ornamentación aún preservada. El hecho que llama la atención es que, entre los cientos de objetos ornamentales de oro, plata, plumas, cerámica, piedras ricamente talladas y pinturas, que retratan la vida, costumbres, instrumentos ceremoniales, máscaras y escenas de lo cotidiano de este pueblo, el único objeto que representa alimento es un rico collar, con una serie de frutos de cacahuete, moldeados en oro y plata, que adornaban el cuello del sacerdote. Esto muestra la gran importancia, alimentar y religiosa, del cacahuete en la vida del pueblo (Inácio et al., 2003).

El avellano es un árbol una de las más antiguas especies del reino vegetal. Prueba de ello es la existencia de numerosos fósiles de sus hojas en la era Terciaria. Se presenta como árbol que a veces toma el aspecto de un arbusto, con 4 a 5 m de altura. El arbusto puede vivir hasta 100 años, pero solo produce frutos entre los 4-6 y los 40-50 años de edad. Las especies de este género son todas indígenas del Hemisferio Norte y su hábitat se sitúa desde lo alto de los Himalayas hasta el Norte de Canadá (A. P. Silva, 2003).

Actualmente, los principales productores mundiales de avellana son la Turquía, Italia, España y los Estados Unidos. Portugal, aunque con modesta producción a nivel europeo es también un potencial productor de avellanas, especialmente en áreas de Beira Interior, Tras-os-Montes y Minho interior.

Desde el Neolítico, en Europa, la avellana se utiliza en la alimentación humana. Esta es la semilla del avellano (Corylus avellana), perteneciente a la familia de las Betuláceas (Betulaceae), oriunda de la zona del Mar Negro y que actualmente puede encontrarse en Europa, Asia y América del Norte (A. P. Silva, 2003).

Este fruto es un excelente alimento dado su riqueza en lípidos, proteínas, sales minerales y vitaminas. En cuanto a los minerales mayoritarios se destacan el potasio, fósforo, magnesio y calcio. También son ricos en fibra, calcio y vitamina E, presentando bajas cantidades de sodio y azúcares (Ed, Peixe, Energ, y Macroconstituintes, n.d.).

¿Sabías que...?

  • Ya Dioscórides, en el siglo I AC, recomendaba la avellana para calmar la tos y para tratar enfermedades respiratorias.

  • Sta. Hildegarda aconsejaba a la avellana como remedio para la impotencia.

  • Mattioli, médico italiano del siglo XVI, aconsejaba una loción compuesta por avellana molida y grasa de oso para el crecimiento del pelo.

  • Hay referencias chinas antiguas que consideran la avellana como uno de los cinco alimentos sagrados.

  • En los países de Europa Central las avellanas se ofrecían a jóvenes parejas el día del matrimonio, pues se consideraba el símbolo de la fertilidad. También, por ser consideradas un símbolo de fecundidad, en muchas regiones se colocaban avellanas bendecidas junto a la cama nupcial, por el hecho de que este fruto se encontraba encerrado en un doble "sobre", al igual que un niño en el seno de su madre.

  • Según una creencia de Gran Bretaña, si una mujer se casara en un año en que la producción de avellana es elevada, tendrá muchos hijos.

  • Una leyenda muy antigua asegura que el avellano es inmune a los rayos, dado que durante una tormenta proporcionó refugio a la Virgen.

  • En la tradición alemana, las avellanas son consideradas como símbolo de inmortalidad, siendo colocadas en las tumbas con el objetivo de favorecer la regeneración.
    Según el "Horóscopo de los árboles", los humanos nacidos entre el 22 y el 31 de marzo y entre el 24 de septiembre y el 3 de octubre pertenecen al signo de la avellana. Este signo es designado como la "extraordinaria" y tienen como características: Persona encantadora. No es exigente, muy comprensiva, sabe como causar una buena impresión, activista para las causas sociales. Popular, compañera honesta y tolerante.

Son diversas las aplicaciones que a lo largo de los tiempos se han dado a las avellanas, entre las que se destacan las de calmante de los nervios. Sin embargo, muchas de estas aplicaciones no fueron definitivamente demostradas (A. P. Silva, 2003).

El “cajueiro” es un árbol nativo de Brasil, que se encuentra principalmente en las regiones Norte y Nordeste. Su cultivo fue extendido desde el siglo XVI a otros países como Mozambique, India, Angola y Kenia (Moraes, Da, Prateleira, & Produto, 2014).

El cajú (Anacardium occidentale L.) está compuesto por el pedúnculo denominado pseudofruto y la castaña, que constituye el verdadero fruto. El cajú se destaca nutricionalmente por presentar altos niveles de ácido ascórbico, minerales, ácidos orgánicos, carotenoides, compuestos fenólicos e hidratos de carbono. Entre las principales vitaminas presentes están la vitamina E, K, B6 y la vitamina C (Santos, 2012).

Con una superficie frágil, el cajú es más susceptible a daños físicos. Esta característica aumenta su carácter perecedero, lo que hace esencial los cuidados durante su transporte (Moraes et al., 2014).

Es un alimento altamente proteico (promedio 25%) y, a pesar de tener mucha grasa, es saludable, ya que sus lípidos son mayoritariamente ácidos grasos monoinsaturados, en particular el ácido oleico, que contribuye a la reducción del índice de colesterol (LDL).

¿Sabías que...?

  • El cajú se utiliza en la medicina tradicional, principalmente en el nordeste brasileño con efectos terapéuticos como: calmar el dolor de dientes, antiinflamatorio para encía y garganta, bronquitis, artritis, calambres intestinales, contra diabetes, asma y incluso usado como afrodisiaco (J. G. da Silva et al., 2007);

  • El nombre inglés "cashew" deriva de la palabra portuguesa de pronuncia similar "cajú", que por su vez proviene de la palabra indígena "acaju". (Moraes et al., 2014);

  • A pesar de que el cajú sea brasileño, no fue Brasil quien primero difundió su consumo, pero la India. Cuando aún estaba bajo el dominio inglés, la fruta conquistó el paladar de los consumidores de regiones de clima frío y se firmó como uno de los productos agrícolas de origen tropical mejor aceptados por los estadounidenses, canadienses y europeos, en general. Es en torno a ellos que gira, hoy, la agroindustria mundial del cajú. (Bacharelado & Biologia, 2013).

El almendro común, Amygdalus communis L., es un árbol de la familia de las rosáceas y del género Prunus. La almendra es el fruto seco que ofrece las mejores propiedades frente a su conservación, razón por la cual los pastores y los marineros la incluían en su dieta (Ladra, 2011).

Las almendras son un alimento rico en nutrientes, y existen varios estudios conducidos en la última década sobre los potenciales beneficios para la salud. El consumo de almendras se ha relacionado con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, tales como la enfermedad arterial coronaria (ECC), la diabetes tipo 2, y también para el mantenimiento y el control del peso (Ros, 2010). 

Las almendras son también una fuente de vitamina E, riboflavina, manganeso, magnesio, calcio, fósforo, potasio, cobre, hierro y zinc, así como la proteína y la fibra (Chen et al. 2006). Además, los constituyentes polifenólicos de las almendras enteras fueron caracterizados y demostraron poseer acción antioxidante (Amarowicz et al. 2005; Chen et al. 2005, 2007; Chen e Blumberg 2008). Las almendras, se consideran un componente importante de una dieta sana, y el aumento del consumo tiene el potencial de mejorar la salud pública, especialmente si sustituyen alimentos con alto contenido de ácidos grasos saturados, azúcar y sal. De todos los frutos secos, las almendras son las que contienen menos cantidad de lípidos saturados (Ros, 2010).

¿Sabías que...?

  • La almendra es un símbolo bíblico de esperanza (Rebelo, 2017);

  • Hoy en día, los norteamericanos dan a los invitados de la boda una bolsa de almendras azucaradas que representan: niños, felicidad, romance, salud y fortuna (Nuts, 2017);

  • En China la almendra es símbolo de tristeza duradera y de la belleza femenina (Nuts, 2017);

  • El almendro es de los pocos árboles que pueden dar flores todavía con el fruto del año anterior en las propias ramas (Ladra, 2011).

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